lunes, enero 30, 2006

Evo.

Aunque debo confesar que en un principio pense que Evo iba a dar dejar la embarrada más uno en el gobierno Boliviano, y especialmente con el tema de las Relaciones Exteriores, me ha sorprendido -gratamente- el ver que se ha mostrado bastante cauteloso (muchísimo más que cuando era la voz de lucha de la oposición indígena boliviana).

Aunque aún no esté muy seguro de qué tan hábil será para manejar un gobierno (los nombramientos de ministros son un ejemplo), hay que reconocerle una cosa a Morales: su integridad y consecuencia.

Les dejo un extracto de un artículo aparecido hoy en los reportajes online del Mercurio:

Aunque Esther Morales, la hermana de Evo, aceptó ser la Primera Dama de Bolivia, aclaró de inmediato que no por eso iba a dejar de trabajar en su pequeño puesto de comestibles. Esto es grandeza. Uno entiende que sea noticia en una época en que la siutiquería parece el distintivo de la vida política. Por otra parte, su hermano, aunque ha moderado su discurso, no ha estado dispuesto a disfrazarse de europeo y ha acudido a los actos de entronización vestido de una manera digna, pero autóctona. Este proceder responde también a un instinto de supervivencia: un indio vestido de europeo se ve mal. Y también al revés. La ropa es el resultado de una lenta evolución (o involución, a veces) y un mínimo sentido del ridículo ahorra muchos problemas. Bien por los Morales.

[...]

Cuando Evo se niega a aceptar los cánones propios de un Presidente occidental, está apuntando a algo muy profundo. No se trata de burlarse de las formas, que en toda cultura son muy importantes, sino de reconocer que las europeas no son las únicas ni necesariamente las mejores.

[...]

Lamentablemente, aunque este artículo pudiera parecer un conjunto de loas a Evo Morales y los suyos, no lo es. Sucede que las cosas son un poco más complejas de cómo parece imaginarlas este nuevo Presidente. De partida, su indigenismo está entremezclado con fuertes dosis de socialismo y otras posturas ideológicas que no son precisamente autóctonas. Además, la sociedad que debe gobernar tiene problemas muy serios de salud, vivienda y educación, que no se solucionan invocando a los dioses de los antepasados. Una cosa es que no se acepte el modelo racionalista y otra muy distinta es que se renuncie a las armas de la racionalidad. Las miradas de admiración de cierta prensa internacional corresponden a las del turista de un espectáculo exótico más que al reconocimiento de un proyecto capaz de solucionar los graves problemas que afectan a nuestros países.


Si bien no estoy completamente de acuerdo con todos los puntos esgrimidos por el autor, encuentro que en general tiene bastante razón. Para pensar y no dejarse llevar por algunos estereotipos que tan arraigados están en nuestra mente colectiva.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Punto aparte...

¿Viste el impacto fashion que está causando Evo Morales?

Urza Planeswalker dijo...

Jajaja!

El otro día lo vi en las noticias, y me causó muchísima gracia!

Weeena Evo!